Sin excusas baratas ni caras presento... Recuerdo los gusanos venenosos escalando los árboles, todos enfilados como si fueran a entrar ya a clase. Y yo parada, en cuclillas, fascinada podía quedarme imperturbable, durante minutos, observando aquellas criaturitas que vivían otro mundo. Las mariposas eran las diosas de los jardines, con obras de arte por alas, aún con sus cuerpos frágiles y larguiruchos mi obsesión con ellas los límites del sueño traspasaban. Soñaba con adoptarlas y construirles una casa, (personificar seres animados e inanimados era mi mayor afición). Tenía dos técnicas maestras para cazarlas, haciendo una bola con mis manos y por las alas. Y a eso nos dedicábamos en los recreos hasta que me dijeron que así las dañaba, Me arrepentí demasiado y con razón, Para ellas sería un infierno aunque yo jamás lo hiciera a malas.
Regalo poesía para quien la quiera leer.. Esto empezó en vísperas de un examen final de ciencias a las 3 y media de la mañana (en Estados Unidos). La inspiración no pide permiso y yo menos.